Fernanda Curia cumplió años el 17 de diciembre. Festejó rodeada de sus compañeros de residencia y de quienes cuidan a los adultos mayores que viven allí. Ella, poeta y locutora nacional diplomada en la UNSTA, cuenta que la cuarentena la obligó a agudizar la creatividad y que el confinamiento le permitió escribir muchísimo, contactarse con grupos literarios del resto del país y participar de una tertulia poética internacional.
Cuando empezó la pandemia, y los mayores de 60 años fueron identificados como “grupo de riesgo”, Fernanda ya vivía desde hace años en “La Casa”, una residencia para adultos mayores en Mate de Luna al 2.800. Los protocolos para evitar contagios cambiaron algunas rutinas. Ahora, las visitas se hacen a través de un vidrio y no pueden ingresar.
“Al principio fue shockeante, claro, pero se trata de una situación inédita y tuvimos que adaptarnos -cuenta-. Extremamos las precauciones y quienes nos cuidan se ocupan de que no nos falte nada, ni los medicamentos ni el acceso a las terapias”.
El confinamiento obligado fue una oportunidad que Fernanda decidió aprovechar para desarrollar lo que ama: la poesía. Se trata de una pasión con la que convivió toda su vida. “Mi madre era integrante del movimiento literario La Carpa, presentó varios libros en la Peña El Cardón, y yo la acompañaba -recuerda-. Me crié en ese mundo cultural”.
Esa pasión le permitió afrontar con creatividad los cambios obligados en las costumbres cotidianas. “Extraño celebrar las efemérides y las fiestas patrias, como hacíamos antes, con izamiento de la bandera y el Himno, y extraño las caminatas a la plaza de Villa Luján”, dice. La esperanza está puesta en la vacunación. “Sabemos que van a empezar con nosotros y el personal de la salud”, se entusiasma. Mientras tanto, vive día a día. “Esto nos ha hecho ver que debemos encarar los caminos de la vida con valentía”, es su conclusión.